Por ANDREA VARTANIÁN
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Los últimos días del año uno toma de costumbre hacer balance sobre las cosas que hemos hecho en esos doce meses, y evaluar lo pendiente, dejarlo para año siguiente.
Al comenzar un nuevo año uno busca sentirse renovado y comenzar con nuevas metas, o metas viejas a las que les volvemos a dar un nuevo impulso con la llegada de los nuevos días del año entrante.
Ir al doctor, empezar el gym, tomarnos las cosas con más calma, no vivir corriendo, ordenar más seguido la casa o el lugar del trabajo, alimentarnos mejor…
Estas metas que parecen nuevas no son más que las que tenemos al comenzar cada año. Quizás en algún momento pudimos arrancar con alguna pendiente pero mantenerlo a largo plazo parece ser tarea difícil.
Lo cierto es que somos animales de costumbre y mayormente recaemos en las malas costumbres, o conductas que llevamos año a año y no nos conduce a todo lo que queremos realmente.
Como la mayoría de las cosas lo importante es ordenarse, lo que también ayuda mentalmente. Tomarse unos días de descanso antes de arrancar de lleno es muy importante. Tener la mente clara, para poder formar ideas, para evaluar cosas, para estar más abiertos y predispuestos a cosas nuevas, a cambios, a nuevas conductas.
Si tratamos de arrancar con la cabeza todavía en las corridas que se tuvieron a fin de año, va a provocar malestares y más dificultosas serán el cumplir con las metas propuestas.
Una buena formar de arrancar es, luego del merecido descanso, agarrar un cuaderno y empezar a enumerar los propósitos de este nuevo año. Parece algo tan simple y quizás insignificante, pero al escribirlas, las ideas que tenemos en el subconsciente salen a la luz de manera más eficaz.
Además llevar la prolijidad de ordenarnos, sirve justamente, para ordenar nuestros objetivos y eso es muy bueno para que sea más factible realizarlos.
Pero lo importante es ser realista, ponernos objetivos que sabemos que podemos cumplir, de nada sirve fantasear con algo que sabemos que, por más que pongamos lo mejor de nosotros, solo va a frustrarnos.
Empezar de a poco, tenemos mucho por delante aún y lo bueno de arrancar de a poco es que vamos a sentir menos agotamiento a lo largo del proceso. S
i quieres conseguir cosas en tu vida, no te quedes mirando la escalera. Empieza a subir, escalón por escalón, hasta que llegues arriba.
Camina siempre con paso firme mirando hacia adelante, nunca te rindas, algún día echarás la vista atrás y verás que todos los esfuerzos merecieron la pena.