Mi primo Agustín, que vive en Holanda, posteó en su Instagram esta foto de este retrato de Diego en un barrio de Amsterdam. Lo tituló: «De Villa Fiorito al West-Indische Buurt (ese barrio) hay solo un paso». Y pienso: que al Diego lo homenajeen y despidan en cada arrabal del planeta demuestra el genio que fue. ¿Que tuvo errores y miserias? Van Gogh, genio de la pintura, perdió una oreja de un sablazo de Gauguin al disputar el amor de una prostituta. Jean Paul Sartre admiraba a Mao. Y a ellos no los lloró el mundo como hoy llora al Diego.
¿Por qué entonces le exigíamos a Maradona rectitud porque era un genio con la pelota?
Los argentinos le pusimos al Diego la responsabilidad de que nos reivindicara con su genialidad de nuestro fracaso como país: de haber sido quintos en el mundo por PBI a estar Nº 70, de que casi el 40% de la población sea pobre, de no tener seguridad, de haber tenido una educación pública que proveyó otros genios al mundo (Favaloro, Milstein) a pasar a chicos que no saben entender un texto… Pero tuvimos al mejor del mundo, y le ganamos a los ingleses en algo, y fuimos «potencia» futbolística, gracias al Diego.
Por eso lo lloramos.
Para mejorar como país, trabajemos trabajando. Holanda es uno de los países más adelantados y nunca fue campeón del mundo. Y homenajean a Maradona.
Recordemos a Diego por sus genialidades. De los errores, solo a Dios le corresponde juzgarlo, cuando el barrilete cósmico llegue a su destino final tras su última remontada al cielo.