Una nueva charla de la serie «Encuentros por el debate y la formación», organizada por la fuerza poítica «De Lanús para Lanús» en Unón por la Patria, se realizó el viernes último en la sede central de esa agrupación, en Lanús Este, que en esta oportunidad se denominó “A 18 años de la desaparición de Jorge Julio López”.
Se trató de la sexta charla del mencionado ciclo, organizado por este frente peronista que encabeza el Vicepresidente del Partido Justicialista de Lanús, Congresal Nacional del mismo partido y Presidente del Honorable Concejo Deliberante local, Agustín Balladares
Tras la bienvenida de David Ariza, integrante de H.I.J.O.S y Subsecretario de Derechos Humanos del Municipio de Lanús, tomò la palabra Balladares, para resaltar la valentía de Julio López, al tiempo que fustigó «la cobardía de aquellos que aún en Democracia, continuaron con las prácticas nefastas de tortura y desaparición de argentinos, ejecutadas por la última dictadura cívica milita en Argentina».
Continuaron con unas breves palabras Ernesto Borzi de H.I.J.O.S. y la lanusense, más precisamente vecina de Remedios de Escalada y Presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Carmen Arias.
Por último, Ruben López, hizo un repaso de su infancia junto a su padre y del recorrido de este último, su militancia, secuestro, desaparición y tortura; y una vez aparecido, su propia investigación de los lugares donde estuvo secuestrado que lo llevaron a reconocer y declaran ante la justicia, situación que terminó, aún en democracia, en un nuevo secuestro y desaparición hasta hoy.
También se refirió a la Institución que creó, la Fundación Construyendo Conciencia, espacio que gracias al aporte de otras instituciones, entidades sociales y deportivas contribuyen a su sostén, permitiendo continuar con la búsqueda de Julio López.
En la oportunidad, como hicieron tantas otras, los ex directivos del Club Atlético Talleres, Sebastián Vélez y Edgardo Guerrero hicieron entrega de una camiseta del equipo de primera división y Pablo Hurtade, en nombre del diputado provincial y ex Presidente del Club Atlético Lanús, Nicolás Russo, una del club Granate.
Asistieron, vecinos y vecinas de Lanús; integrantes de organismos de DD.HH. locales y provinciales; concejales, funcionarios y ex funcionarios del Municipio de Lanús; del HCD de Lanús; militantes, integrantes del secretariado del PJ de Lanús, congresales provinciales del PJ por Lanús; como así también, dirigentes políticos; gremiales y sociales; entre otros.
La Universidad Nacional de La Plata en base a una investigación realizada por Luciana Rosende y Werner Perto, describe en su página oficial que < El 27 de octubre de 1976, Jorge Julio López fue secuestrado, también Guillermo Cano; y luego, siguieron Norberto Rodas y Alejandro Sánchez. Fueron llevados a Arana y torturados. En la madrugada del 5 de noviembre de 1976, secuestraron a Ambrosio De Marco y a Patricia Dell Orto, y los llevaron al mismo lugar. Allí, López presenció el fusilamiento de Patricia, Norberto y Ambrosio. Luego, fue trasladado a la Comisaría 5ª de La Plata y a fines de diciembre de 1976, a la Comisaría 8ª también de La Plata. El 4 de abril de 1977, tras atravesar más de cinco meses en la condición de detenido-desaparecido, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº 9, donde fue “blanqueado” y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, hasta el 25 de junio de 1979.
López sufrió luego el destino de muchos sobrevivientes: el silencio, producto del terror y a posteriori de la impunidad, y la convivencia cotidiana con los torturadores y asesinos que cruzaba impunes en el barrio y en la ciudad.
Recién en los años 90, se reencontró con Pastor Asuaje y pudo contarle lo que había sucedido y a través de él, a la familia de Patricia Dell Orto. El 7 de setiembre de 1999, cuando la lucha de los organismos de derechos humanos permitió la apertura de los Juicios por la Verdad, declaró por primera vez. Ese día su testimonio, enriquecido por las averiguaciones que solitariamente realizó luego de su liberación, generó una inspección ocular en la zona de Arana, que constituyó un aporte fundamental en la reconstrucción de los lugares que funcionaron en La Plata como centros clandestinos de detención. Ese testimonio permitió también el encuentro con otros sobrevivientes, nucleados en la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos. Allí encontró el espacio para el diálogo y para poner en palabras lo sucedido con él y sus compañeros.
Poco tiempo después de su declaración, a pesar de las leyes de impunidad vigentes, el camarista Leopoldo Schiffrin solicitó a la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata que se citara a Miguel Osvaldo Etchecolatz a declaración indagatoria sobre los nuevos casos conocidos en el Juicio por la Verdad que no habían sido incluidos en el juzgamiento del año 1985. Entre ellos, el de Jorge Julio López y el de Patricia Dell Orto y Ambrosio de Marco. La causa tomó nuevo impulso a partir de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida. Allí volvió a declarar Jorge Julio López, el 16 y el 30 de noviembre de 2005 y se constituyó como querellante, junto a Nilda Eloy y la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos. Poco tiempo después, esa causa se convirtió en la primera en el país en llegar a la instancia de juicio oral.
El 20 de junio de 2006, en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata, se inició el juicio oral. Jorge Julio López brindó su testimonio el 28 de junio. Ese día relató lo sucedido con sus compañeros de la Unidad Básica, reivindicó la militancia de esos jóvenes universitarios.
Participó en los reconocimientos de los Centros Clandestinos de Detención “Arana, Comisaría 5ª y Comisaría 8ª”. El 18 de setiembre, día en que debía acompañar a las abogadas y los abogados que alegaban en su nombre, desapareció por segunda vez.
El impacto de su desaparición, en una ciudad atravesada por el genocidio y por las desapariciones en democracia de Miguel Bru y de Andrés Núñez, perdura al día de hoy.
Mientras por primera vez un Tribunal reconocía que lo sucedido en nuestro país fue un genocidio, en la sentencia dictada el 19 de setiembre de 2006, nuevamente se escuchó la consigna “Aparición con vida” en las calles de la ciudad. A partir de allí, hubo un profundo replanteo de las políticas institucionales que debían acompañar el proceso de enjuiciamiento que se estaba iniciando y que continúa al día de hoy. Pero hubo también enormes resistencias y desaciertos políticos y judiciales que hacen que al día de hoy, tras años de su desaparición, no sepamos qué sucedió con él y quiénes son los responsables>.